Managua

Managua no es una ciudad convencional. Su diseño disperso, sus monumentos históricos y su espíritu resiliente la convierten en una capital que se descubre poco a poco, a través de sus contrastes y su gente. Aquí, la modernidad convive con cicatrices del pasado, y cada rincón tiene algo que contar.

Comienza tu recorrido en la Plaza de la Revolución, corazón simbólico de la ciudad, donde se encuentran las ruinas de la antigua Catedral de Managua, la imponente Casa de los Pueblos y el Palacio Nacional. Desde ahí, te recomendamos acercarte al Puerto Salvador Allende, una zona moderna frente al lago Xolotlán, ideal para caminar al atardecer, disfrutar de la brisa y probar platillos típicos en sus restaurantes.

Si eres amante de las vistas panorámicas, no puedes dejar de visitar el Mirador de Tiscapa, donde además de una increíble postal de la ciudad, te encontrarás con la estatua del General Sandino, figura clave en la historia de Nicaragua.

¿Buscas un lado más contemporáneo? Managua también te ofrece centros comerciales, vida nocturna y espacios culturales como el Teatro Nacional Rubén Darío, uno de los más prestigiosos de Centroamérica. Y si tienes tiempo para explorar más allá, los alrededores de la ciudad te regalan experiencias únicas como el Volcán Masaya, a menos de una hora de distancia.

Managua es una ciudad que se siente y se vive, más que se recorre.
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